09 febrero, 2016

Realmente.

Realmente,
si te soy sincera,
odio no recordar el día en que te conocí.
No sé si por suerte o por desgracia,
pero me acuerdo de la primera mirada que te eché,
lo supe,
llámalo casualidad,
destino,
lo que sea,
como siempre decimos,
pero me acuerdo que cuando te miré y,
realmente,
te observé,
me encantaste,
y así fue.
Me has regalado más momentos intensos,
y llenos de carcajadas de los que por derecho,
me correspondían vivir,
y no puedo dejar de sentirme repleta,
y pletórica por tanto.
Si tuviera que quedarme con un momento,
elegiría esa primera mirada hacia ti,
porque a partir de esa,
vinieron las demás,
y encima,
recíprocas.

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