11 mayo, 2014

Hablemos de ilusiones.

¿Somos marionetas de circo? 
¿Somos aquellas bromas que se cuentan un sábado por la mañana mientras tomas un aperitivo?
¿Somos simplemente pasatiempos?
Y cuando se habla de seriedad, ¿qué pasa? 
Somos los primeros que callamos, que no decimos nada, pensamos que todo esta realmente dicho, pero, ¿por qué?
Por miedo.
Por orgullo.
Por cobardía.
Por el que diran.
Por el que pasará.
Y la de oportunidades que se dejan pasar, solo por simples adjetivos que nos califican de tal manera, que ni nos damos cuenta.
Y si, yo me incluyo, dejo tanto guardado, tanto que podría soltarte, que ni te lo creerías.
Pero las cosas dicen que no son tan fáciles, que hay que ganárselas con el tiempo. Y es que contigo, no me importaría esperar todo el tiempo del mundo, solo si sé, que merecerá la pena.
Veo tantas cosas.
Tus actos, aquellos que no se si vienen directos para que yo los vea y me de cuenta de lo que pasa, o si realmente es como digo, un aperitivo, algo que te haga pasar el tiempo. 
Pero tus actos marcan mi rumbo, marcan mi manera de ver las cosas, de sentirlas, de decirlas, hacen que cambie todo, y yo cual ilusa, me dejo llevar en ellos.
Y si hablo de debilidades, que mejor debilidad mia que tú, algo que lleva sin hacerme sentir cosas diferentes desde hace días, una debilidad tan bonita como extraña, como tú, tan extraño, tan reservado, tan tú.
Y es que se me cortan las palabras cuando empiezo a hablar de esto, ya que las odio, porque me encantaría repetírtelas durante una vida, pero bue, como siempre digo, que muda me quedo en este tema y que confusa hago sentir.
Pensemos en empezar a hablar y dejar de actuar como dos locos que no quieren coincidir en nada.
Asi que, dejémoslo en ilusiones, de momento.

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